Pablo Ortega no tenía expectativas de figurar entre los preseleccionados para el combinado de Tucumán, así que no se desilusionó cuando no recibió el llamado. Tres lustros atrás, cuando tenía 20 años, había jugado su primer Campeonato Argentino de básquet, con la selección de mayores de nuestra provincia. Hoy, a sus 35, y tras haber disputado tanto Liga Nacional como el viejo Torneo Nacional de Ascenso, se destaca en Central Córdoba.
El 21 del mes pasado, el “Azurro” recibía a Talleres de Tafí Viejo por el torneo local. Mario Vildoza, técnico del “León” y de la selección de Tucumán, lo vio jugar y, tras el partido se le acercó. “Me invitó a participar de los entrenamientos de la preselección, si tenía ganas y tiempo. Obviamente accedí”, contó Ortega. Sus buenos desempeños continuaron en los cruces por el torneo local y en las prácticas con el preseleccionado. “Empecé a ir a los entrenamientos con muchas ganas; no tenía nada que perder; ya con haber sido invitado estaba conforme”, añadió. Pero la buena fortuna le tenía reservadas más sonrisas: Ortega se terminó ganando un lugar entre los 12 que están en Misiones, representando a Tucumán en el 84° Campeonato Argentino. “Cuando dieron la lista y vi que estaba mi nombre fue muy emotivo”, dijo.
Pero la emoción que se había insinuado en aquel momento, terminaría de estallar minutos después: “sentía una alegría enorme; y más cuando llegue a casa y se lo conté a mi esposa (Luciana Travesi, ex jugadora de la selección argentina de rugby femenino); ahí los nervios me ganaron y aparecieron las lágrimas y una sonrisa de oreja a oreja”. Pablo siente que Luciana es la gran responsable de su regreso a la selección. “Me guió en cómo prepararme; hizo que volviera a creer en mí, en que podía competir con gente más joven. Y bueno, acá estoy; y voy a disfrutar cada momento”, prometió.